Merindad de Sotoscueva

La Merindad de Sotoscueva al norte de Burgos, se caracteriza por sus fuertes contrastes. En la amplia depresión del Norte domino un paisaje de pastizales verdes alternados con bosques de hayas, robles y pinos. En esta zona, al pie de la cordillera cantábrica, la ganadería sido el modo de vida de sus gentes.

En los Vallejos calizos de la parte sur de la Merindad, los arroyos y torrentes han favorecido el fenómeno karstico y la aparición de abundantes grietas que han dado origen a simas, barrancos, sumideros y Cuevas

Algunas de estas cavidades, conectadas entre sí, forman un gran complejo karstico que, distribuido en seis niveles y con casi 100 km de desarrollo, está incluido entre los más extensos del mundo: Ojoguareña..

En su interior existen muestras de todas las culturas que han poblado este territorio: grabados, restos de pinturas rupestres, cerámicas, armas, e incluso huellas de nuestros antepasados.

Desde sus orígenes, los concejos de los regidores de la Merindad han cambiado de escenario.

Primero se celebraron en torno a una encina sagrada; en 1616 se trasladaron a una cueva cercana a la ermita de San Bernabé; finalmente 1924 se pasó al nuevo edificio del ayuntamiento, ubicado en Cornejo.

Además del complejo de Ojoguareña, declarado monumento natural en 1996, en este templo territorio encontramos lugares de elevado valor ambiental, como los barrancos de Dulla, el río Nela, el Valle de la Engaña, los Montes del Somo con los escarpados desfiladeros de las diaclasas o del arroyo de la Hoz.

El mejor ejemplo románico de la Merindad se encuentran Butrera, y destaca por la calidad de la talla de los canecillos, capiteles, ventanas y relieves.

Entre este agradable medio natural, los pequeños pueblos, salpicados por el valle, han sabido conservar el modelo de casa montañesa, formada por una sus muros de mampostería, pequeños manos y una solana de madera, que a veces es doble.

En ciertas ocasiones, un tejadillo cubre la puerta de acceso a un patio interior a la casa. A veces encontramos elementos cultos como arcos, ventanas apuntadas y escudos, en algunas construcciones.

La rica arquitectura popular se constata en los numerosos ejemplos de lavaderos, potros, fuentes, Molinos y boleras, que como la de Entrambosrios, ésta cubierta.

El senderismo y la bici de montaña gozan de buenos espacios para su práctica. El Nela y el Trema ofrecen buenas zonas naturales de baño, en las que, además, es posible pescar o navegar en piragua. Los bolos y el frontón son deportes autóctonos.

El sábado siguiente al día 11 de junio, se celebra la romería de San Bernabé, la más importante de las Merindades. A ella se acercan lugareños y gentes de provincias limítrofes. En el verano varias localidades rinden honores su patrón. Los alojamiento rurales y la gastronomía gozan de buena forma.

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